Tener la información sobre algo no implica haberlo aprendido, eso es sólo estar informado
Con la palabra “aprendizaje” no nos referimos a la superficial acumulación de información, sino al descubrimiento de algo que cambie nuestro comportamiento.
Aprender es poder hacer cosas que antes no sabía o podía, incorporar habilidades que expandan mi capacidad de acción efectiva.
Nuestras acciones determinan nuestros resultados
Modificando nuestras acciones, sin duda nuestros resultados serán diferentes.
-
Un aprendizaje de primer orden es todo aquél en el cuál buscamos expandir nuestra capacidad de acción, pero sin modificar nuestros puntos de vista.
-
Un aprendizaje de segundo orden consiste en ampliar aún más nuestra capacidad de acción, modificando el observador que somos, descubriendo y eligiendo nuevos puntos de vista.
Aquí el aprendizaje produce transformaciones y nuevas creaciones en nuestro ser
Acorde al constructivismo, el aprendizaje se concibe como un proceso dinámico, participativo e interactivo de modo que el conocimiento sea una auténtica construcción operada por la persona que aprende.
Los seres humanos construimos el conocimiento activamente a través de nuestra interacción
(no somos pasivos en este proceso)
Aprender es actuar. Y esto contrasta con la modalidad tradicional pasiva del profesor bajando línea, diciéndoles qué pensar, a sus alumnos.
El aprendizaje requiere de nuestra voluntad y acción de movernos de una zona de confort a una zona de aprendizaje.
La zona de confort es aquella donde se encuentra el conocimiento adquirido, lo ya conocido, donde nos sentimos “cómodos” y actuamos en automático, con efectividad, ya que no estamos haciendo las cosas por primera vez.
Al ser una zona expandible, sería inconveniente mantenerse aquí ya que no aprenderíamos nada nuevo y por ende nuestra capacidad de acción estaría limitada.
La zona de aprendizaje es aquella en la cual aprendemos. Es ilimitada y está a nuestro alcance pero para entrar en ella, debemos tener el valor de salir de nuestra zona de confort, de lo ya conocido y aventurarnos. Meter las patitas en el barro (Matías dixit).
Implica primero reconocer que hay algo que no sabemos (tener la humildad de declararnos ignorantes), querer aprender y estar dispuesto a tolerar (o mejor, abrazar) cierta incomodidad e incertidumbre.
Al aprender nos movemos de la comodidad de lo conocido a la incomodidad de lo desconocido
Ampliamos nuestra capacidad de acción y también nuestra zona de confort, ya que adquirimos, con la práctica, nuevos conocimientos.
Al aprender somos capaces de producir resultados que antes estaban fuera de nuestro alcance.
Por otro lado, si pretendemos acelerar el proceso de aprendizaje queriendo ser un experto en tiempo récord, corremos peligro de acercarnos a una tercera zona, la zona de pánico, donde es casi imposible aprender.
Lo mismo si nos sentimos avergonzados, humillados o temerosos por no saber; o si nos auto-castigamos por nuestros errores.
Al actuar de esa manera, entramos de lleno a ésta tercer zona, ya que intentaremos ocultar o disimular nuestra ignorancia, engañarnos a nosotros mismos creyéndonos que sabemos cuando no es así.
No hay fracaso, solo aprendizaje
- Me encantan los desafíos y tolero muy bien la incomodidad
- Con miedo y todo, a veces me arrojo a las olas
- Mehhh, me quedo calentito en mi zona de confort
0 votantes
Gracias por leer, espero sirva y agradezco enormemente sus comentarios!