Los analistas del F.B.I. utilizaron indebidamente un programa de vigilancia sin orden judicial para buscar información sobre cientos de estadounidenses, en relación con dos disturbios civiles de gran carga política, según muestra una sentencia judicial recientemente desclasificada:
- Las protestas tras la muerte en 2020 de George Floyd a manos de la policía.
- Disturbios del 6 de enero de 2021 en el Capitolio.
Los disturbios del 2001
El programa de vigilancia, conocido como Sección 702, autoriza al gobierno a recopilar, sin orden judicial y a través de empresas estadounidenses como Google y AT&T, las comunicaciones de extranjeros en el extranjero que son objeto de inteligencia, incluso cuando hablan con estadounidenses o sobre estadounidenses.
Autoriza a buscar en la base de datos de comunicaciones interceptadas en virtud del artículo 702 los nombres u otros identificadores de estadounidenses, en teoría sólo en determinadas circunstancias…
Pero el FBI ha incumplido repetidamente los límites, lo que ha provocado el escrutinio de los tribunales.
Qué hace la justicia creada y sostenida por la misma autoridad, cedida y validada por personas cada vez menos libres?
En la sentencia recientemente desclasificada, el juez que preside el Tribunal de Vigilancia de Inteligencia Extranjera, Rudolph Contreras, permitió en abril de 2022 que el programa funcionara durante un año más sobre la base de los cambios introducidos por el FBI para mejorar el cumplimiento.
La justicia no hace nada.
“No obstante, los problemas de cumplimiento con la consulta de información de la Sección 702 por parte del FBI han demostrado ser persistentes y generalizados”, escribió.
“Si no se mitigan sustancialmente con estas medidas recientes, podría ser necesario considerar otras respuestas, como limitar sustancialmente el número de personal del F.B.I. con acceso” al repositorio bruto de información interceptada.
Cuando dan por asumida la vigilancia
![]()